- Causas de las infecciones durante el embarazo
- Peligro de infecciones durante el embarazo
- Síntomas de infecciones durante el embarazo
- Toxoplasmosis y rubéola – síntomas
- Citomegalovirus y herpes – cómo reconocerlos
- Complicaciones y Consecuencias
- Consecuencias de otras infecciones
- Diagnóstico de infecciones durante el embarazo
- Tratamiento de infecciones durante el embarazo
El hecho de que el embarazo sea la etapa más responsable en la vida de una mujer es un axioma innegable. Mantener la salud y prevenir infecciones durante el embarazo es una de las tareas principales que enfrentan la futura madre y el médico que supervisa el embarazo.
El control constante del bienestar y la realización de análisis de laboratorio para crear un cuadro objetivo del estado de salud de la embarazada es muy importante para prevenir o comenzar el tratamiento a tiempo si la enfermedad se desarrolla. Esto se debe a que las infecciones durante el embarazo pueden tener consecuencias muy graves, incluyendo para el feto en desarrollo, en forma de complicaciones peligrosas. Además del daño a la salud de la mujer embarazada, pueden incluir malformaciones e incluso poner en riesgo la vida de su futuro hijo.

Causas de las infecciones durante el embarazo
Las causas de las infecciones durante el embarazo pueden ser muy diversas, al igual que las propias enfermedades infecciosas. Estas pueden ser infecciones de transmisión sexual, así como aquellas que puedes contraer al estar en contacto con personas infectadas. Durante este período, el riesgo de contraer este tipo de infecciones aumenta significativamente. Esto se debe a que la flora vaginal se altera, el equilibrio hormonal cambia y también debido a que el sistema inmunológico de la mujer embarazada tiene características fisiológicas especiales durante la gestación.
Un ejemplo de ello es la candidiasis, que es de 2 a 3 veces más común en embarazadas que en mujeres que no están en estado. De manera similar, una de cada cuatro mujeres es diagnosticada con vaginosis bacteriana. Esto también se aplica a otras enfermedades infecciosas que las mujeres no embarazadas podrían no contraer. Sin embargo, la disminución general de la inmunidad también contribuye a su desarrollo.
Peligro de infecciones durante el embarazo
Aunque cualquier infección durante el embarazo es indeseable, las más peligrosas son las que pertenecen al llamado complejo TORCH. Este término especial se refiere a las siguientes enfermedades infecciosas: toxoplasmosis, rubéola, citomegalovirus, herpes. Sin embargo, estos no son los únicos peligros para las embarazadas. También existen otras enfermedades como enterovirus, hepatitis B y C, clamidia, sífilis, gonorrea, varicela, listeriosis, VIH.
Algunas de estas enfermedades pueden no tener consecuencias para otras categorías de pacientes, pero representan un gran peligro para las embarazadas y su feto. Son especialmente indeseables en el primer trimestre, ya que generalmente resultan en:
- graves malformaciones del sistema nervioso central;
- deformaciones congénitas;
- abortos espontáneos;
- nacimientos de mortinatos.
El diagnóstico de infecciones del complejo TORCH en el primer trimestre es una indicación directa para la interrupción del embarazo.
Síntomas de infecciones durante el embarazo
Para reconocer las infecciones más peligrosas durante el embarazo, es importante tener una idea de sus síntomas principales. En algunos casos, la enfermedad puede ser asintomática después de la infección, pero con frecuencia, al prestar atención a su salud, la futura mamá podrá detectar las señales de alarma y acudir a tiempo al médico para recibir un tratamiento adecuado.
Aunque las infecciones en el segundo trimestre llevan menos riesgos para el bebé que las infecciones durante el embarazo en las primeras etapas, ya que sus principales sistemas y órganos ya están formados, la futura mamá todavía debe conocer qué enfermedad pueden indicar uno u otro síntoma o su conjunto. Sin duda, la última palabra en el diagnóstico la tendrá el médico que lleva el embarazo. Es importante no solo conocer los síntomas de las enfermedades infecciosas más peligrosas, sino también cómo se puede reducir el riesgo de contraerlas.
Toxoplasmosis y rubéola – síntomas
Dos infecciones muy peligrosas durante el embarazo son la toxoplasmosis y la rubéola. Estas enfermedades, que prácticamente no representan peligro en situaciones normales, se convierten en un problema serio durante la gestación. La toxoplasmosis generalmente no presenta síntomas, pero al pasar a una forma aguda o crónica, se manifiesta con aumento del bazo y el hígado, ganglios linfáticos en la ingle y axilas, escalofríos, fiebre, y debilidad. El origen del contagio son los gatos y la carne cruda o poco cocida. Para prevenir, es recomendable evitar el contacto con animales, y lavar con jabón las verduras, hierbas y frutas antes de consumirlas.
La rubéola es una enfermedad sumamente peligrosa tanto en el primer como en el segundo trimestre, e incluso en las últimas semanas de gestación. Sus síntomas incluyen una erupción rosa y pequeña por todo el cuerpo y fiebre de hasta 38°C. La única manera de evitar el contagio es mediante una vacunación oportuna al planificar el embarazo.

Citomegalovirus y herpes – cómo reconocerlos
Otra infección peligrosa es el citomegalovirus (CMV). Las mujeres a menudo lo confunden con un resfriado banal, presentando síntomas como debilidad, fiebre, inflamación y aumento de las glándulas salivales, dolores de cabeza, cansancio rápido, rinorrea e incluso a veces inflamación de las amígdalas. La infección puede tener consecuencias y complicaciones catastróficas para el feto. Se transmite por vía sexual, a través de sangre, saliva, leche materna y por contacto cotidiano (como toallas o esponjas). La prevención consiste en mantener una higiene personal adecuada y el uso de preservativos.
La infección crónica no es tan peligrosa si durante el embarazo solo avanza a una fase aguda; lo más peligroso es la infección primaria. El virus del herpes puede vivir en el cuerpo durante años, manifestándose con un ligero aumento de temperatura durante el resfriado, erupciones en los labios, la mucosa de la nariz, los órganos genitales y la piel. La única manera de evitar la infección primaria es fortaleciendo el sistema inmunológico en general.
Complicaciones y Consecuencias
Conociendo los síntomas de diversas infecciones durante el embarazo, es importante entender la seriedad de las enfermedades que pueden desarrollar. Por ejemplo, la infección por toxoplasmosis en el primer trimestre conduce a un feto detenido y al aborto espontáneo; en el segundo y tercer trimestre, afecta el cerebro del bebé, los ojos y causa malformaciones graves. La infección por rubéola también tiene consecuencias terribles y es una indicación para la interrupción del embarazo.
Ella tiene un impacto negativo en el desarrollo del feto y se manifiesta en meningitis, reducción del cerebro, defectos cardíacos, alteraciones de los globos oculares, cataratas congénitas, encefalitis, sordera. La infección por CMV en las primeras etapas puede resultar en un aborto espontáneo, anomalías en el desarrollo fetal, y en las etapas avanzadas en citomegalia congénita, polihidramnios, y parto prematuro. El desarrollo del herpes puede llevar a la muerte del feto, aborto espontáneo, daño al hígado, al cerebro, y a malformaciones congénitas.
Consecuencias de otras infecciones
Lamentablemente, no solo el complejo TORCH encierra serias amenazas para el desarrollo del futuro niño. Otras infecciones durante el embarazo son igualmente peligrosas. Por ejemplo, la varicela, que no está en la lista TORCH, puede causar un daño serio tanto a la futura madre como al bebé. Para la mujer, la infección es aún más peligrosa, ya que puede desarrollar neumonía en un contexto de inmunodeficiencia, lo que puede ser fatal. Para el feto, el virus también es peligroso y puede resultar en muerte intrauterina o malformaciones.
La vaginosis bacteriana tampoco es tan segura, ya que puede causar partos prematuros. También es peligrosa la gonorrea, que lleva a abortos espontáneos y partos prematuros, malformaciones fetales, y después del nacimiento al desarrollo de sepsis, meningitis y problemas dermatológicos. El estreptococo del grupo B puede ser transmitido de la madre al bebé, lo que puede tener consecuencias negativas, incluida la muerte del recién nacido.
Diagnóstico de infecciones durante el embarazo
Diagnosticar la presencia de diversas infecciones durante el embarazo es posible al realizar las pruebas necesarias en la primera visita al ginecólogo tras la confirmación del embarazo y la inscripción de la mujer para el cuidado prenatal y parto. Se determina la presencia o ausencia de infecciones pertenecientes al complejo TORCH mediante la investigación de anticuerpos IgM, IgG en la sangre hacia los patógenos de las enfermedades y se determina su concentración.
Si el número de anticuerpos para un tipo particular de infección es demasiado alto o se observa un aumento con el tiempo, esto es evidencia de la actividad del proceso patológico. El médico que prescribe la prueba analiza los resultados y determina el momento de la repetición del análisis, si le parecen dudosos. En todos los demás casos se establece el diagnóstico y se desarrolla un plan de tratamiento para la embarazada.

Tratamiento de infecciones durante el embarazo
El tratamiento de una infección durante el embarazo depende de qué infección específica haya sido diagnosticada a partir de los análisis de sangre de la futura madre. La estrategia de tratamiento posterior es desarrollada por el médico que lleva el seguimiento del embarazo, conjuntamente con la futura madre y tomando en cuenta todos los riesgos existentes para el feto, así como la influencia de los medicamentos prescritos sobre él. En algunos casos, para determinar si hay infección, puede ser necesario realizar una amniocentesis, que es un procedimiento diagnóstico invasivo.
Por ejemplo, para tratar la infección por citomegalovirus durante el embarazo, generalmente se recetan aciclovir y valganciclovir. Para la toxoplasmosis se pueden recetar espiramicina y sulfonamidas, aunque estos están asociados a efectos tóxicos desfavorables para el feto. No obstante, la elección del tratamiento se basa en las causas, los síntomas y la evolución de la enfermedad, y la decide únicamente el médico tratante, a menudo en colaboración con un ginecólogo y un especialista en enfermedades infecciosas.