Uno de los nombres del yoga en pareja es yoga de confianza. Y aunque la práctica con un compañero tiene muchos otros nombres, probablemente este refleja toda la esencia profunda de los entrenamientos en pareja.
La práctica de las posturas de yoga en pareja desarrolla el entendimiento mutuo, fortalece la confianza y brinda una sensación de seguridad. Por lo tanto, se suele recomendar practicar yoga en pareja con un cónyuge o amigo cercano. En las clases grupales, por supuesto, se puede elegir un compañero de entrenamiento entre los demás solteros, pero solo si hay una simpatía mutua segura.
Las madres a menudo practican yoga para dos con sus hijos: para estas sesiones se han desarrollado complejos especiales para diferentes edades.
No se recomienda a los principiantes practicar yoga en pareja en casa: el riesgo de lesiones es demasiado alto. Sin embargo, si al menos uno de los socios es un practicante experimentado y puede asegurar la seguridad del entrenamiento, se puede practicar en casa utilizando video lecciones.
Existe un mito de que en el yoga en pareja los ejercicios se realizan de manera bastante relajada y, por lo tanto, no es necesario esforzarse al cien por cien. En pareja con un compañero, muchas asanas requieren menos esfuerzo físico, lo que significa que ya no se necesita una preparación física tan poderosa como para las clases individuales. Por eso, a menudo se puede escuchar que el yoga en pareja se llama «yoga perezoso». Esto es un profundo error, ya que la interacción con un compañero requiere otro tipo de esfuerzo, que no es menos intenso. Es importante esforzarse para lograr la sincronía de movimientos, estar atento al compañero para garantizar su seguridad y adaptar la respiración al ritmo del otro. No hay lugar para la pereza aquí.
Por supuesto, cuando uno de la pareja recién comienza su camino en el yoga, se convierte en un «jugador» pasivo. Pero a medida que se gana experiencia, la pareja avanza a un nuevo nivel: las asanas se realizan en igualdad de condiciones y los socios alcanzan una profunda unidad emocional y espiritual. Solo que no se debe usar la práctica como una psicoterapia familiar. Es mejor resolver todos los problemas en la relación antes de comenzar los entrenamientos y abordar la práctica sin sentimientos negativos hacia el otro.
Como terapia, el yoga en pareja se puede utilizar en un caso completamente diferente. Desde la infancia, la mayoría de nosotros aprende a controlar al máximo todo lo que sucede. El problema del supercontrol es la enfermedad del hombre moderno. Dejamos de confiar en el mundo, no sabemos pedir ayuda, tememos compartir nuestras inquietudes, evitamos parecer débiles.
Practicar yoga en pareja permite abrirse completamente a otra persona cercana. Se puede pedir apoyo, admitir miedos y compartir emociones. Así, en pareja nace una responsabilidad mutua, se forma una necesidad de entrega y se desarrolla la sensibilidad. Al mismo tiempo, cada compañero aprende a relajarse, confiando en el otro y deshaciéndose del deseo obsesivo de controlar el mundo que lo rodea.
La práctica de yoga en pareja ofrece numerosos efectos positivos:
• se alcanza el equilibrio entre el establecimiento de límites y la confianza en el mundo;
• se desarrolla la sensibilidad, la atención y la flexibilidad emocional;
• se forma un enfoque creativo para trabajar en las relaciones;
• se fortalece la salud y se incrementa la resistencia física;
• se crean condiciones para un avance en la práctica individual.
Primero que todo, hay que prestar especial atención a las habilidades de respiración adecuada. Solo dominando esta técnica se puede alcanzar el resultado deseado. Es importante sentir la respiración del compañero, controlar la sincronía de la respiración. En la etapa inicial, es mejor primero adaptar la respiración entre ambos y solo luego comenzar a realizar las asanas, continuando con la observación de la sincronía.
Antes de entrenar, es necesario hacer un pequeño calentamiento para minimizar el riesgo de lesiones. Al igual que en el yoga individual, ningún ejercicio en pareja debe realizarse con esfuerzo excesivo. Por lo tanto, si se siente incomodidad, y más aún si se experimenta dolor, es necesario informar de inmediato al compañero y salir con cuidado de la asana juntos.
Las asanas más populares en el yoga en pareja son:
• Navasana;
• Paschimottanasana;
• Upavistha Konasana;
• Ardha Matsyendrasana;
• Adho Mukha Svanasana;
• combinación de Adho Mukha Svanasana más Dhanurasana;
• combinación de Dandasana más parada de manos.
Por supuesto, hay yoga en pareja más complejo, pero durante el embarazo y el período posparto es importante organizar los entrenamientos con especial precaución.
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