Es bien sabido que uno de los mejores deportes durante el embarazo es la natación. Las actividades ofrecen numerosos beneficios, trabajan los principales grupos musculares, protegen las articulaciones y los ligamentos, y tienen una baja actividad de impacto. La interacción con el agua tiene un efecto beneficioso en el cuerpo de la futura madre y permite comenzar con la preparación oportuna para el parto. Durante los entrenamientos de natación, los músculos de la mujer están tonificados y el cuerpo se encuentra en un estado de relajación.
Los especialistas médicos consideran que nadar durante el embarazo es una de las formas más suaves de actividad física, lo cual es importante para el cuerpo de la futura madre. Las actividades en el agua distribuyen uniformemente la carga en el cuerpo y casi todos los grupos musculares están involucrados. La intensidad de los entrenamientos depende de las capacidades individuales y pueden incluir nado en distancias cortas o conjuntos de ejercicios de entrenamiento.
Visitar la piscina tiene un impacto positivo indudable para las embarazadas en:
Además, el movimiento en el agua elimina el exceso de líquidos del cuerpo, aliviando la hinchazón.
Además, la gimnasia acuática permite quemar más calorías que el ejercicio físico habitual, sin riesgo de sufrir distensiones, ayuda a perder peso adicional, y fortalece el sistema inmunológico. La natación para embarazadas es útil para reducir el nivel de ansiedad, mejorar el sueño, el ánimo y el apetito.
Al parecer, en el primer trimestre la apariencia de la mujer aún no ha sufrido cambios significativos y nadie salvo ella puede siquiera sospechar de su ‘interesante’ estado. Eso significa que visualmente no hay nada que impida que asista a la piscina, incluso con su traje de baño favorito, si antes este tipo de actividades eran una actividad física habitual. Sin embargo, la reestructuración interna del cuerpo ya ha comenzado, y los médicos no recomiendan asistir a clases de natación en las primeras 12 semanas de embarazo.
Estas restricciones están relacionadas con el hecho de que el tapón mucoso que previene la penetración de microbios patógenos en el cuello del útero apenas comienza a formarse. En esta etapa de gestación, el riesgo de exponer al feto a agentes causantes de enfermedades infecciosas es extremadamente alto. Por lo tanto, la natación durante el embarazo debe posponerse hasta que comience el ‘período dorado’ del embarazo: el segundo trimestre.
Este período para actividades acuáticas es el más favorable. El segundo trimestre del embarazo se caracteriza por la ausencia de toxicidad, un ligero aumento de peso y buen bienestar. A mediados del embarazo, nada impide inscribirse en una clase de aquaaeróbic para embarazadas en la piscina o, si es posible, ir regularmente a la playa en el mar o en el río.
Si se decide ir de vacaciones e incluso viajar a otra ciudad para ello, durante el segundo trimestre no hay contraindicaciones para volar o viajar en tren. Sin embargo, antes de inscribirse en una piscina, ir al mar o decidir nadar regularmente en el río, es aconsejable consultar con el ginecólogo que lleva el embarazo. Con una imagen completa del estado de salud de la futura mamá, el médico podrá decidir si es recomendable que esta mujer nade durante el embarazo.
Las clases de natación para embarazadas son permitidas incluso en el tercer trimestre, siempre que no existan contraindicaciones. Sin embargo, el ‘tiempo dorado’ del embarazo ya ha terminado, el acercamiento del parto dicta nuevos cambios en el cuerpo, junto con algunas restricciones. Esto también se aplica a las actividades acuáticas. Estas restricciones se relacionan, como en el primer trimestre, con la necesidad de minimizar el riesgo de infección del feto mientras se está en cuerpos de agua abiertos y piscinas.
Este riesgo se debe a que el tapón mucoso, que está destinado a prevenir la penetración de microbios patógenos en el cuello del útero, ya comienza a desprenderse, reabriendo el canal y aumentando significativamente el riesgo de infección bacteriana del futuro bebé. Los especialistas aconsejan continuar con las actividades hasta la semana 36 del tercer trimestre, siempre que no haya contraindicaciones, ya que generalmente el tapón se desprende un mes antes del parto.
Los consejos de los especialistas sobre la natación durante el embarazo incluyen recomendaciones sobre la elección del complejo de salud, la duración de los entrenamientos, y otros detalles. Los médicos recomiendan prestar atención a lo siguiente:
Además de cumplir con la frecuencia de natación para embarazadas de 3 a 4 veces por semana, comenzando con 20 minutos, se incrementa gradualmente el tiempo hasta 45 minutos.
Un aspecto importante al practicar natación durante el embarazo es la elección del estilo que sea mejor para la futura mamá. Existen muchos ejercicios especiales que se pueden realizar al visitar un complejo de salud, sin embargo, los expertos recomiendan nadar estilo braza y crol. El primer estilo es una excelente manera de entrenar los músculos del perineo, aumentar su elasticidad y fortalecer los músculos de las piernas.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que no se recomienda nadar de espaldas de manera prolongada y activa. Esto se debe a la posible presión del feto sobre la vena cava inferior, lo cual puede causar mareos. El estilo más seguro durante el embarazo es el crol. Este estilo se caracteriza por movimientos lentos, sin prisas y una respiración libre. Mantener una distancia máxima de 200 m y descansar en los bordes permite minimizar la carga. Para mayor seguridad, se puede y debe usar tablas.
Incluso si realmente se desea nadar durante el embarazo, es mejor abstenerse de estas actividades si la mujer tiene toxicosis aguda, se han diagnosticado enfermedades infecciosas, dermatológicas, de la sangre, hipertensión, tuberculosis, apendicitis crónica, sangrado. Pero incluso si no hay nada de esto, la embarazada no debe relajar la vigilancia sobre su bienestar, ya que existe el riesgo de:
Comprendiendo todos los beneficios de la natación para las embarazadas, es necesario abordar estas actividades con moderación, sin fanatismo. Es importante que el proceso esté bajo la supervisión de un especialista del complejo de salud, y el estado de salud – bajo la atenta vigilancia del ginecólogo que lleva el embarazo.
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